Los once días perdidos.
Los británicos perdieron once días del mes de septiembre de 1752. El joven Mason se quedó atrapado en el día tres. Sólo y desorientado, iluminado por una luna llena perpetua que ni crecía ni menguaba. Su deambular en busca de seres vivos le llevó a la biblioteca prohibida en la que reposaban los textos perdidos que nunca se pudieron leer... La tragedia de Hypatia de Shakespeare y el volumen sobre la comedia de Aristóteles que el hermano Jorge se comió antes del incendio de aquella abadía de dominicos. Un homenaje a la Biblioteca de Babel. Un homenaje, dentro de un homenaje, a Borges.
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