Rodar y rodar.
El sol salió tímidamente en Gloucestershire para la carrera más esperada del año. Pero toda la semana ha estado lloviendo sobre la colina del queso. Más madera. Más barro para los participantes.
"One to be ready
Two to be steady
Three to prepare
Four to be off".
Como todos los últimos lunes de mayo, el maestro de ceremonias da la salida para descender las 200 yardas de Cooper's Hill... Ya saben, persiguiendo un queso. Un hermoso, redondo y engalanado Double Gloucester.
Los expertos no se ponen de acuerdo: unos dicen que la festividad rememora los ataques que desde la cima de la colina lanzaban los bretones contra el ocupante romano que fundó la antigua Glevum -¿pretendían matarles a quesazos?. Otros afirman que los fenicios pasaron por la isla alrededor del año 1000 antes de Cristo y dejaron como herencia este rito de la fertilidad -siendo fenicios, más bien se trataría de una manera de vender más quesos. Lo que sí está probado es que en el siglo XVIII la tradición se mantenía, para regocijo del nada regocijable Mason. Nuestro Mason.