Garganta Profunda tiene por fin nombre. Woodward y Bernstein habían prometido guardar silencio hasta la muerte del confidente: Pero la familia del protagonista sin rostro del Watergate no ha podido callarse por más tiempo. El abuelo ha confesado. Y Vanity Fair se ha apuntado el tanto de desvelar el mejor secreto periodístico del siglo. The Washington Post sólo ha podido confirmar la historia.
Garganta Profunda era W. Mark Felt, el segundo del FBI a comienzos de los setenta. Durante tres décadas, este nonagenario fue sospechoso de esconderse tras uno de los pseudónimos más famosos de la historia. Revelado ya su nombre, unos le ensalzan como héroe, mientras que los antiguos colaboradores de Nixon le acusan de traición.
Ahora sólo falta que Felt reconozca ser Thomas Pynchon.
(Nosotros tenemos un Garganta Profunda particular. Especialista en Pynchon, por supuesto. Sostiene que Felt, Pynchon, Salinger y unos cuantos reclusives más se reunen en Navidades para celebrar un año más de anonimato. A Felt ya le han cancelado el carnet de tan selecto club).